Random Access Magic

Cementerio

Todo lo que muere permanece vivo en nuestros recuerdos. No es fácil vivir con un cementerio sobre los hombros, pero nuestra materia gris es tierra fértil —mística— capaz de obrar milagros y dotar de una nueva vida a recuerdos exánimes. Amores, miedos, amigos… Todos desfilan a placer por nuestra consciencia, henchidos de un nuevo aliento. Se aconseja reanimar con cautela.

Nosotros mismos presidimos la procesión; mil yos tomando prestado de los reanimados aquello y lo otro mientras ensayan una engañosa sincronía.

Ay, del que pise fuera del compás.

A veces —a menudo— un feriante se queda atrás, pero ni siquiera lo notamos; otras, se desvanece en un parpadeo, delante de nuestras narices, y lo buscamos con desesperación. Muchas veces reaparecen; otras, terminamos por seguir adelante, de manos dadas con los demás títeres, librándonos poco a poco de esa sensación de haber perdido un amigo. La danza sigue su curso, nutrida por un flujo continuo de constructos cerebrales.

Pero, con el tiempo, la magia se desvanece. El campo se vuelve yermo y los recuerdos se recuestan para no volver a levantarse.

Uno a uno.

Nosotros escarbamos sus tumbas y los llamamos por su nombre, y, aunque al principio se retuercen ante la mención, al final, todos, invariablemente, se abandonan a una silenciosa estasis. La tierra los traga mientras el viento borra sus lápidas. Caminamos solos, sin un rumbo fijo; nos desvestimos lo que habíamos tomado prestado y lo dejamos tirado por ahí, de cualquier manera. La cadena de yos empieza a romper formación y desordenarse. ¿Quién iba delante? ¿Quién llevaba las riendas? Algunos rezagados, viejos amigos —buenos amigos— aparecen entonces y nos dan los buenos días como si nada. El reencuentro es emotivo, pero también toca a su fin. La cadena mengua, desvaneciéndose con todo lo demás. Pronto, también el miedo se desvanece, junto con las lápidas, las tumbas y los epitafios.

El suelo ya no es fértil, pero sí es mullido. Nos recostamos serenos, solos, sordos y ciegos. Solo siendo, a solas, hasta que el viento nos lleva.

#relato