Nigromancia
Hay algo macabro en un ramo de flores cortadas. La savia de sus tallos exhuma un hálito de ultratumba. Una cacofonía muda e inexorable.
Música para los oídos de alguien como yo.
Con un gesto de mi mano levantaría un ejército de orquídeas o un desfile de lirios; haría bailar a las azucenas y brincar a los tulipanes. Las rosas las mantendría siempre cerca, para que me contaran sus secretos. Haría a los girasoles perseguir a la Luna en la bóveda celeste. Tejería una capa de azahares y forjaría una espada de claveles. Todo eso haría, con apenas un destello de mi magia.
Pero entonces perdería al colibrí y su aleteo.
El dulce aroma del cerezo.
El pétalo del jazmín.